El Centro Cultural Víctor Jara nace hace más de 20 años con el legado histórico de dirigentes y dirigentas que dieron las primeras luchas en Boca Sur, la lucha contra la dictadura en la década de los 80’.
La organización comenzó a trabajar en la Junta de Vecinos 8R, desde ahí se hace un llamado a la juventud a integrarse a este proyecto que alcanzó popularidad a través de las acciones artísticas-culturales, como es el Festival de Todas las Artes Víctor Jara (2001-2020), acciones de educación popular como lo fue la Escuela Libre y Popular Víctor Jara (2008-2012), acciones de memoria recuperando la historia de nuestra población (libro y documental “Construyendo Población”, obra de teatro “La Marea: Mujeres Pobladoras” , primer informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Boca Sur 2019), la articulación con organizaciones a nivel comunal y territorial, activando luchas por la defensa del Humedal Los Batros y Laguna Grande, el fin de la contaminación en nuestra playa y la defensa de la democracia participativa en nuestra población.
Así fue avanzando este proyecto, en un primer momento se planteó “fortalecer la identidad a través del arte y la cultura”, luego, fue avanzando a formas más complejas al vincular lo anterior con el “proyecto político territorial”. La necesidad de adelantarnos en la construcción de formas comunitarias de la sociedad futura que queremos construir.
En este contexto llegó la revuelta de octubre de 2019, desde ahí nos dispusimos de forma inmediata para el domingo 20 de octubre estar levantando la Asamblea Popular la Boca Sur del Biobío, la cual impulsó la unidad a nivel comunal y provincial con el fin de articular los impulsos de un Chile que se disponía a la lucha contra la desigualdad y por la dignidad.
Tras el ya comentado “pacto por la paz y la nueva constitución” del 15 de noviembre de 2019, donde la clase política impone una salida institucional, como asamblea territorial nos pronunciamos ante la desconfianza que generaba este proceso, que nacía con el pueblo chileno en las calles y donde muchas y muchos perdieron la vida o sufrieron la brutal represión estatal de esos días de revuelta. La asamblea siguió articulando la resistencia hasta que llega marzo de 2020 con la pandemia del Coronavirus.
Desde este momento las asambleas ven dificultades en el trabajo ante las medidas sanitarias y muchas de ellas entran en un receso. Desde el Centro Cultural Víctor Jara se promueve la formación de la Unión de Pobladores y Pobladoras de San Pedro de la Paz ante el impacto inmediato que tuvo en nuestro borde costero las consecuencias de la crisis sanitaria y económica. Desde este espacio se articulan junta de vecinos, comités de vivienda y comedores populares que fueron la respuesta inmediata ante el abandono histórico que en contexto de pandemia se hacía más evidente aún.
Con el paso de los meses, con el trabajo volcado en la Unión de Pobladores y Pobladoras, el proceso por una nueva constitución impuesto por la clase política continuó hasta llegar al 25 de octubre de 2020 donde nuestros vecinos y vecinas salieron en masa a rechazar la constitución de Pinochet y aprobar una nueva constitución, pero dejando en claro que esta debe ser escrita sin la presencia de la clase política corrupta y asesina. Esto queda en evidencia en nuestra comuna, la cual siendo la segunda comuna más desigual de Chile y teniendo uno de los índices de abstención más altos a nivel nacional en las elecciones municipales del 2016 decidió salir a votar masivamente dejando en claro que si se trata de una nueva constitución es con el pueblo o no será.
La decisión de apoyar la opción apruebo fue una decisión que se toma en respuesta al ejercicio democrático con nuestros vecinos y vecinas que conformamos la Unión de Pobladores y Pobladoras. Desde la Asamblea Popular la Boca Sur del Biobío ya se había planteado la desconfianza en el proceso y el entendimiento que esto es otra salida de la clase política para asegurar sus intereses, pero a pesar de ello se plantea desde la decisión colectiva que es indispensable intervenir en este proceso y disputar todos los espacios donde se quiere borrar que fue el pueblo en las calles quien tensionó y corrió los límites de lo posible al imaginar un nuevo Chile.
Es desde ahí que hoy, tras una decisión que nace de la discusión entre vecinos y vecinas que conforman los espacios de organización, sentimos la responsabilidad y la urgencia de seguir interviniendo en este proceso, ahora desde la plataforma que será la Convención Constitucional y levantando una candidatura del pueblo que asegure el “sin el pueblo no hay proceso constituyente”.
Hoy es nuestra vecina y compañera Daniela Guzmán Huenchuleo quien responde a la responsabilidad histórica de levantar una candidatura que represente el sentir de los y las pobladores de Chile, de la clase trabajadora, de los y las estudiantes que levantan este país cada día. Daniela no representa una candidatura desde lo individual, Daniela es parte de la revuelta popular, es un proyecto político en un momento histórico que viene a sintetizar la historia de lucha de nuestra población y de nuestra comuna, la continuidad de un legado de organización que debe proyectarse en triunfos y esperanzas para nuestro pueblo, el sentir que vamos por ancho camino.
¿Se nos ha preguntado del porqué de esta candidatura? o ¿hacia donde vamos con este proyecto?
Más allá del cambiante panorama aquí tenemos total claridad. Esto no es una etapa electoral de la organización, este es un momento histórico en el que la clase política corrupta y asesina que desea nuevamente ponerse al frente de este proceso, debe ser desplazada por el pueblo consciente y organizado que no puede quedar replegado una vez más a la eterna derrota de quienes deciden ser espectadores de este momento. También entendemos y compartimos la desconfianza en el proceso y por ellos entendemos esta candidatura como una irrupción con principios y valores que no se transaran por ser parte de este proceso y si es necesario desde ahí denunciar todas las trabas y vicios que se puedan dar.
Entonces, con esta candidatura no solo vemos la oportunidad de irrumpir en el proceso constituyente, sino que también levantar una fuerza a nivel local y nacional que intencione la articulación de la clase trabajadora en nuevas organizaciones territoriales y populares que sean quienes protagonicen el despertar de Chile desde una nueva constitución para una nueva sociedad.
“SIN EL PUEBLO NO HAY PROCESO CONSTITUYENTE”
“NUNCA MÁS SIN NOSOTROS Y NOSOTRAS”
Boca Sur, diciembre de 2020.